viernes, 10 de junio de 2016

Photovoice



   Justo hace una semana, en el marco de los talleres de Arte y Psicología vivimos una de las experiencias más interesantes del año. Los profesores Fco. Javier Saavedra y Samuel Arias coordinamos un taller de photovoice en el que participaron 12 alumnas de diferentes cursos del grado en Psicología y de diferentes máster de nuestra Facultad.
     Pudimos presentar los fundamentos teóricos de la técnica, algunos ejemplos de casos que podemos encontrar en la literatura y que nosotros mismos hemos desarrollado así como las diferentes variantes de la técnica. 
     Posteriormente invitamos a las participantes, en un acercamiento a la técnica, a que hicieran fotos de la facultad de Psicología y escribieran relatos sobre lo que su paso por estas aulas había significado para ellas, y de cómo esperaban que influyera en su futuro como profesionales de distintos ámbitos.
     No consideramos una sorpresa el habernos encontrado con fotos con una altísima carga simbólica e incluso artística, así como como algunos relatos de gran valor literario. Excusas perfectas para discutir y reflexionar sobre esta técnica de tan alto potencial, y de aspectos tan profundos como la idea de Identidad y de memoria autobiográfica, de narrativas vitales y de su proyección hacia el futuro. Una magnífica forma de acabar el curso y pensar en futuros proyectos.

    Presentamos una muestra de algunas fotos y algunos de los relatos que nuestras compañeras quisieron compartir.

       Muy pronto más.
  



















Narración de Sonia Urbano:
Un 8.05 le cambió la vida, a ella, que siempre fue de letras. Sabía quién era, qué quería y cómo conseguirlo, así que se dispuso a ello: su odisea personal. Tres años perdida en el mar, tres años para caer en lo más profundo y convertirse en sirena, hasta no saber quién era ni qué quería, ni cómo conseguirlo. A veces, cuando menos lo esperas, cuando ni siquiera lo has pedido, aparece el barco de rescate y te devuelve la voz. Y dejas de naufragar para tomar las riendas, marcar de nuevo el rumbo. 
Para mí Psicología ha sido caer para levantarme, destruir hasta mis cimientos para renacer como el ave Fénix. Poder saber, ahora, poco a poco, cómo vivir, cómo querer y quererme. Saber reconocer a la mujer del espejo, qué siente y por qué. Ahora me siento sana, me siento en proceso de ser yo. Psicología no ha sido la enseñanza de una profesión, ha sido la puerta a un estilo de vida.